QUERIDOS REYES MAJOS....

Queridos Reyes Majos, querido carbonero, querido gordo e intruso barbudo, queridos padres (siempre):

Este año, que no me he portado muy bien, quiero que me manden a la mierda, pero quiero que lo hagan desde la sinceridad; quiero que me besen y abracen, pero de verdad; quiero que nadie haga daño a mis hijas y también quiero que ellas hagan lo propio; quiero no verte siempre más; no quiero hacerme selfies ni tener la tentación de hacerlo; quiero que mis resacas sean llevaderas y siempre justificadas; no quiero hacer daño, si acaso (sin querer y de modo causal) por venganza de los que quiero; quiero quererme para poder querer y crear; quiero sorprenderme al menos una vez por semana; quiero no mirar tanto al reloj y al techo en la noche; quiero amar al aburrimiento y sacarle partido; quiero esquivar al infortunio acompañada de los míos (aunque no sean míos); quiero que nada caduque, ni el mal recuerdo, porque me hace relativizar; quiero que ya no te duela más mamá; quiero no recurrir a la mentira y mirar de frente; quiero ver luz y sombra (no hay una sin la otra); no quiero moho, quiero mojo -picón- y ya, puestos a pedir, mojar; quiero vencer al miedo, pero hacerlo compañero amigo; quiero estar y quiero ser; quiero una escoba, cuántas cosas barrería.. ; quiero grandes pedruscos en el camino y sin pértigas, saltarlos; quiero no doler y quiero que no me doláis.

Ah! Y, por favor, ese futbolín que llevo pidiéndoos desde hace unos 45 años, que, al final, terminaré por creer que todo es mentira. 

SEAMOS y ESTEMOS y no pidamos buenas intenciones (menos, en rebajas). Abriré la puerta sin mirar por la mirilla, de nuevo.