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SÚBEME LA RADIO, QUE ESTA ES MI CANCIÓN

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Joven ecuchando música, verano. IMAGEN DE ARCHIVO
SÚBEME LA RADIO, QUE ESTA ES MI CANCIÓN

Dicen que un verano sin su canción es como Sonia sin Selena, Maria Jesús sin su acordeón o Parada sin su pianista.

Ciertamente, cada año con la llegada de la época estival, van surgiendo como setas multitud de canciones pegadizas, repetitivas y facilonas que hacen las delicias de las masas sedientas de sol, agua, tapitas y relax.

La existencia de la canción del verano se remonta a tiempos inmemoriales (bueno, a varias décadas atrás) y llega a adquirir tal status que tiene carta blanca para ser pinchada por djs en radios, fiestas, bodas, verbenas y chiringuitos hasta el final de los tiempos. Por esta misma regla, conocemos canciones de mucho antes de ser programados por nuestros padres, como la Yenka, la barbacoa, Un rayo de sol, la chica ye yé

No importa lo machacona que resulte, que con unas copas de más siempre resulta éxito asegurado. El venao, Bomba, El tiburón o Sopa de caracol pueden hacer bailar a cualquier cuñao que se precie corbata en cabeza y cubata en mano.

Cierto es que con el paso de las décadas, las canciones del verano van mutando en cuanto a estilos musicales se refiere pero hay cosas que nunca cambiarán:

  1. Debe hablar de tópicos veraniegos

Vamo´pa´ la playa pa´ curarte el alma, Cuando llega el calor los chicos se enamoran… Sol, playa, arena, cerveza, calor… No pueden faltar.

  1. Debe ser un tema bailable

La gozadera, Madre Tierra, Súbeme la radio… El verano es latino y hay que menear la cadera. Sí o sí.

Y si no tienes estilo, siempre hay quien te lo pone fácil con bailecitos facilones al más puro estilo Poty: Aserejé, o No rompas más mi pobre corazón de Coyote Dax hacen las delicias de cualquier verbena estival.

  1. La temática erótico-festiva es un must.

Y normalmente, bastante machista, por cierto. Despacito de Luis Fonsi es toda una mina: Ven prueba de mi boca para ver cómo te sabe, quiero ver cuánto amor a ti te cabe, entre otras muchas lindezas.

  1. Rimas facilonas y estribillos interminables

Me enamoré de Shakira es un culmen literario en el que se rima boquita con redondita y con barbita, entre otros versos para la posteridad.

Y es que para que algo se nos quede, no hace falta ni que sepamos el idioma. ¿Quién no se acuerda de Dragostea din tei (la del trío rumano O-Zone bailando encima de un avión) o el Gangnam style?

  1. Videoclips con chicas en bikini

Hasta Leticia Sabater se apunta al posado veraniego con sus ¿canciones?  Si es que la Saclchipapa y compañía pueden ostentar el título de canción. Mejor correr un tupido velo.

  1. Musicalmente fácil

Podríamos poner miles de ejemplos pero, ¿os habéis fijado que el estribillo de Sick of love (quizás el título no os suene pero la habéis escuchado tropocientasmil veces) se sostiene sobre la misma nota todo el rato?

Podríamos decir que ya hay artistas que casi exclusivamente se dedican a fabricar canciones del verano un año tras otro. Durante el frío invierno no se sabe nada de ellos, pero yo me los imagino en su mansión dentro de una bañera llena de billetes esperando ver qué hitazo les envían sus productores para la próxima temporada de playa. Y zas, al mayo siguiente comienza la matraca. No falla. Shakira, Enrique Iglesias, Ricky Martin… podríamos nombrar una larga lista. Y glin glin, en septiembre, a la par que los chiringuitos playeros, ellos cierran el suyo y hala, a hibernar livin´ la vida loca.

Muchos dicen que el título de canción del verano es otorgado por el público, que no se escapa a escucharlas una y otra vez (y otra, y otra y otra y otra…) en emisoras, televisiones, comercios, bares y discotecas. Y en realidad es como todo, y están unos cuantos repartiéndose el pescao, y decidiendo qué producto comercial van a crear que sea más fácilmente vendible. Le ponemos un ritmo punchinpunchin pa´ menear el cucu, una letra que no hace falta que tenga mucho sentido ni mucha lírica pero que lleve las keywords del verano y ponemos un artista que lo pete. Y si le añadimos un featuring ya más no se puede pedir.

Con varios de estos temas los de Verano Mix se frotan las manos y se hacen el agosto, nunca mejor dicho.

Y es cierto, que muchos de ellos, muy a pesar de su calidad musical, pasan a la posteridad. Y en muchas ocasiones los podemos cantar al dedillo a pesar de no recordar quién los llevó a la cúspide veraniega. Quizás sea por eso que últimamente se ha puesto de moda que al comienzo de la canción el cantante de turno (o el autotune) se autonombre, como si fuese una especie de firma musical, en plan “que conste que soy yo, ¿vale?”

Y es que fijaos si está instaurado esto de la canción del verano, que más bien se ha convertido en una necesidad social. Y ni en el verano del Covid nos hemos podido librar de ella. Mamacita (Black Eyed Peas y Ozuna), Tusa (de Karol G. y Nicki Minaj) o Pam de Daddy Yankee han llegado para repetirse una y mil veces ¿Quién dijo que no se podía perrear en el balcón de casa? Ponte el ventilador a tope, súbeme la radio, abre una Medalla, y baila hasta que duelan los pies.

María Suberviola @musasyfusas

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