Entrevista a Sabina Urraca, autora de la novela 'Las niñas prodigio'

SABINA URRACA: "A veces la limitación suma en lugar de restar"

Sabina Urraca. Autora imagen, Kela Coto

Escritora, periodista y editora. Nació en el País Vasco, creció en Tenerife y vive en Madrid desde hace casi 20 años. Ha colaborado y colabora en diversos medios españoles (El País, Cinemanía, Eldiario.es, Salvaje, Vice). Es autora de la novela Las niñas prodigio (Fulgencio Pimentel, 2017) ganadora del Premio Javier Morote, otorgado por el CEGAL y de Soñó con la chica que robaba un caballo (Lengua de trapo, 2021). Es además editora de Panza de Burro, de Andrea Abreu (Barrett, 2020). Imparte talleres de escritura en la Escuela de Escritura Fuentetaja y distintas instituciones culturales. En 2021 fue seleccionada por 10 de 30, iniciativa que internacionaliza la obra de escritores españoles de menos de 40 años.

La primera pregunta obligada… ¿Podrías explicarnos cuándo y cómo se despertó en ti la vocación literaria?

He crecido rodeada de grandes fabuladores, así que me recuerdo inventando historias antes de saber escribir. Siempre he escrito por sobrecarga mental, por no explotar. Recuerdo ser pequeña y no poder dormirme porque se me había ocurrido una historia. Guardo novelas sin terminar de cuando tenía diez o doce años. Años antes, a los siete, creé Ediciones Urraca, una colección de libros hechos a mano muy precariamente, con folios y grapas. Mis padres aún los conservan.

¿Recuerdas a quién dedicaste tu primera historia?

Sí. Está dentro de esa colección editorial creada a los siete años. Se lo dediqué a mi muñeco Solito.

Una manía cuando escribes…

Adelantarme constantemente al capítulo o el fragmento de libro que estoy escribiendo, escribir anticipadamente, dejando notas regadas por la parte del texto a la que aún no he llegado. A veces uso unos guantes blancos muy finos para evitar morderme las pielecitas de los dedos.

¿Cuál ha sido para ti tu mejor escrito?

Ahora mismo acabo de volver de una residencia artística en Francia. Sé muy poco francés. Aun así, maravillosamente intoxicada del entorno, se me ha despertado el impulso de escribir algunas cosas en francés. Y me ha pasado como cuando escribo en inglés: cuanto menos conozco un idioma, más puros y verdaderos son los textos que produzco en ese idioma. Aunque obviamente la escritura en español es la principal para mí, es interesante fijarse en eso: cómo el menor conocimiento de una lengua nos lleva a ser más sintéticas, más verdaderas. No hay lugar para el artificio. No sé cuál es el mejor texto que he escrito, pero sé que los más puros y desnudos son los pequeños textos que escribo en un idioma que no es el mío. A veces la limitación suma en lugar de restar.

¿Qué te aporta escribir?

Creo que, en mi caso, escribir es la única comunicación real conmigo misma y con el mundo. Escribir es limpiar y dejar lo necesario.

¿Cómo definirías tu literatura?

Creo que mi literatura deberían definirla las personas que me leen.

Si le pidiéramos a la persona más cercana a ti que te describiera, en una palabra, ¿cuál sería y por qué?

Mi gusto por la literatura reside precisamente en la idea de que nada ni nadie puede ser descrito en una sola palabra. Se necesitan, al menos, unas cuantas,

Una novela, un autor o autora que te haga vibrar.

No podría decir sólo uno. Así, a bote pronto, mis últimas obsesiones: María Folguera, Annie Ernaux, Cristina Rivera Garza, Roque Larraquy, Lorrie Moore.

¿Tú mayor logro o éxito en la vida?

Conseguir algunos momentos de paz.

Una película, una canción, un género literario, un color, una estación del año, una frase…

Mommy, de Xabier Dolan.

Ani kuni, de Polo & Pan.

El terror.

El del atardecer de Madrid, esa única maravilla que nos regala la contaminación.

Mi amigo Weldon describió una vez a una persona diciendo: "Tiene la inteligencia justa para no ir cagándose por la calle". Mi amiga Eva dijo una noche: "En la vida te vas a llevar, de media, dos palos gordos. Si te llevas alguno más, puedes acabar viviendo en la calle". Otra noche, mi amiga Mariquiña, en medio de una fiesta, dijo con verdadero desconsuelo: "Ay, sí, eso es lo que yo más quiero en la vida: ser íntegra". A veces mi marido habla en sueños. Una vez, en el momento antes de caer en el sueño profundo, me dijo: "Voy a ver si te traigo algo". Esas son algunas de mis frases favoritas, esa literatura que sucede todo el rato.

 

Queremos agradecer a Sabina por su amabilidad y su plena disposición a concedernos esta entrevista.

www.sabinaurraca.com