Traducción de Tana Oshima
Casas asoladas por plagas de comadrejas. Pasillos que nos transportan al otro lado, sea este cual sea, como si una victoriana Alicia hubiera ido a caer en el Japón de la tecnología punta. Hiroko Oyamada, con mundos que parecen sacados de un relato de Murakami, de J.G.Ballard o de una película de Hayao Miyazaki, firma un tríptico narrativo traslúcido y literariamente puro sobre la sugerente idea de que el entorno que nos rodea puede anticipar nuestras emociones y hasta nuestro destino.