PODRÍA SER PEOR

FOTO: MARTA SALAS
LUNES CRÍTICO
El sábado, un bonito día para cerrar los bares, a excepción del servicio en terrazas en esta gélida Pamplona, podría ser peor, aunque para la hostelería es un nuevo mazazo, comprensible, necesario e injusto, tanto como no poder abrazarte mamá.

A la cita semanal de los ilustres vecinos del barrio, le falta local a cubierto; le falta pantalla en cinemascopio y chicos vestidos de rojo y azul corriendo en pantalón corto tras el balón, podría ser peor, aunque para ellos significa la catástrofe universal. Se atreverán a abrir un libro?; serán capaces de aprender a manejar un ordenador?; se aparcarán en la contemplación?; la meditación tal vez?

La ocupación diaria de los linajudos de mi barrio se va a ver seriamente trastocada. Dónde van a insistir en el declive de su salud?; contra qué paredes se estamparán de vuelta a sus hogares palaciegos?; tendrán que llegar al tremendo extremo de hablar serenos con sus consortes?
Y de qué coño van a hablar?? Podría ser peor, porque ya muchos marcharon hacia una prometida tierra donde -dicen- hay barra libre.

Alfonso se va a pillar un sinfín de pasmos, tomando sus incontables birras diarias, ahí truene o nieve. Como La Resistencia aguantará firme; custodiará los locales de bebercio y comercio como un leal Queen Guard. Como único movimiento la pinta hacia su sedienta boca. Podría ser peor la estampa invernal de esta cultura del bar? No, aunque para Alfonso sí, perder los brazos, por ejemplo.

Podría ser peor, claro. Podría ser que nunca más pudiese verte, birra o no en mano. Podría no volver a mezclar las cartas con vosotras, sólo porque Gabriela se juntó en una fiesta clandestina con sus compañeras de Universidad; sólo porque Unai no podía renunciar al Tinder y a sus quedadas con extraños cercanos; sólo porque te apetecía.. te apetecía ver a Marina que venía de lejos, tenías que besarla, abrazarla y hacerle el amor; sólo por no estar sola.
Podría ser peor.