El llanto nos libera ante el dolor de una pérdida

Joven llorando por la pérdida de un ser querido. Imagen de archivo

Quizá mucha gente te diga que no debes llorar por la muerte de alguien, que porque ya descansa en paz, o simplemente porque la vida sigue. Sin embargo, estas personas están muy equivocadas.

Sabemos que llorar es una respuesta fisiológica y emocional ante el dolor y la frustración, también ante la conmoción y la nostalgia. Es por así decirlo, una manera en la que nuestra mente expresa y desahoga cierta tensión, y hacerlo es algo muy natural. Sin embargo, hay personas que se niegan a verlo o hacerlo, por las emociones y sentimientos que esto despierta en ellos mismos o en los demás.

Hoy en día es común encontrar en ciertas capillas de velación o agencias funerarias, pequeños envases de extractos de hierbas o "flores de Bach" que ayudan a detener el llanto, incluso hay quienes acuden a psicoterapia o mandan a sus hijos o familiares para que "dejen de llorar"; pero es importante entender que el llanto, aunque se dé en un contexto triste y doloroso, cumple con una función liberadora.

Si has perdido a un ser querido, sea por la pandemia misma, algún accidente o por las circunstancias de la vida, una de las primeras cosas que puedes llegar a experimentar dentro de un proceso de duelo, es precisamente el llanto.

Permitirnos llorar podría ser incómodo y hasta molesto para algunas personas, puesto que en ocasiones se trata de algo involuntario y que no tiene horario. Sin embargo, llorar es algo paradójicamente saludable ante una pérdida, pues nos ayuda a liberar la tensión y el dolor que sentimos en ese momento.

La gente podrá criticarte por hacerlo, incluso te dirán que estás mal por ser tan "negativo"; sin embargo, llorar te dará la oportunidad de poder vivir un duelo menos patológico y por lo tanto, más llevadero.

Ante la muerte de un ser querido, un montón de emociones y sentimientos encontrados se despierta. Poner atención a esas emociones es básico para poder entenderlas, comprenderlas y manejarlas, y darle un nuevo sentido a ese dolor. Es aquí cuando la narrativa y los rituales de despedida nos ayudan más, pues le damos al dolor un sentido creador.

Si tú sientes que el proceso de duelo te está haciendo perder la cabeza, no te asustes por la posibilidad de caer en la locura, antes bien busca ayuda profesional. La psicología, la psiquiatría y la tanatología, serán recursos de mucha ayuda en esta difícil etapa; y aunque el tiempo corra lento y difícil, ten por seguro que pasará.

La muerte es un trago amargo que nos quema por dentro, pero es de las únicas realidades de las que no podemos escapar. Asimilarla y darle un significado positivo, es nuestra mejor opción.


 

Psicólogo Enrique Pacheco

Universidad de Guadalajara, México.