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ALARMA SOCIAL

PCR POSITIVA
PCR POSITIVA. IMAGEN DE ARCHIVO
ALARMA SOCIAL

La locura se ha instaurado, en forma de hipnosis colectiva, en nuestras sociedades. Se mira con lupa del único anteojo que parece existir: las pruebas PCR.

No voy a repetir continuamente el hecho de que estas pruebas no son válidas para diagnosticar la presencia específica del SARS-COV-2. Me voy a referir a lo que está sucediendo en la sociedad local (de cada sitio) donde una suerte de lotería hace que salga a relucir algún caso de PCR positivo con el consiguiente “rebrote”.

Ahora, lo que está en boga es la aparición, como setas en un bosque, de pequeños grupos de personas en los que las pruebas han dado “positivo”. No puedo dejar de hacer referencia a los núcleos de población en los que el número de positivos ha crecido de una forma más brusca (la Barcelona metropolitana y la comarca del Segriá en Lleida).

La primera reacción observada es la alarma social ante algo que, si no he perdido el juicio y la memoria, era algo ansiado: la inmunidad de grupo. ¿Qué significa que una persona dé “positivo” en el PCR? Suponiendo, que es mucho suponer, que la prueba nos dé información fiable sobre la existencia de un virus que parece que está todavía por aislar, purificar y microfotografiar sin ningún otro componente celular, el hecho de dar positivo nos hablaría de que en esa persona hay un rastro de ese material genético en su cuerpo.

¿Y eso de qué nos está hablando? Como ya he escrito anteriormente, reto a las autoridades sanitarias y del gobierno a hacer una búsqueda de gérmenes variopintos en la población sana.  Nos caeríamos desmayados al comprobar que estamos “invadidos” por esos microbios… y no lo sentimos, no nos duele nada ni surge ningún síntoma… hasta que nuestro equilibrio interno, nuestra capacidad de “homeostasis”, se rompe por cualquier otro motivo.

Hasta la saciedad podemos leer por ahí (y yo también lo he escrito en este medio) que, cuando las personas vivimos bien, nos alimentamos bien, respiramos aire puro, bebemos agua en condiciones, fomentamos buenas relaciones humanas, nos sentimos satisfechos de nuestra actividad (laboral y no laboral), realizamos ejercicio físico moderado… nuestro cuerpo mantiene ese equilibrio y lo comparte con toda esa maraña de gérmenes que conviven con nosotros y alojamos en nuestro interior.

Entonces, ¿qué ocurre porque tengamos cierto material genético en nuestro interior y no manifestemos ningún síntoma? Parece ser que estaríamos “infectados”, enfermos… aunque asintomáticos. Es una manera un poco retorcida de decir que estamos sanos y que poseemos en nuestro interior cierto material genético de uno de los billones (millones de millones) de gérmenes que cohabitan con nosotros en total equilibrio.

Y, además, tal y como hacía referencia antes, ¿no es eso lo que queremos conseguir? ¿que podamos contactar, convivir, normalmente con ese bicho? Entonces, ¿a qué viene ese estado de alarma social que están creando por la aparición de casos asintomáticos o con cuadros leves (catarros)?

Os voy a compartir un caso que me ha tocado muy cerca, en mi propia casa. Resulta que en Peñíscola (Castellón), la localidad donde vivo, se ha detectado que varios camareros de una discoteca (la única discoteca del pueblo) han dado positivo al PCR. ¡¡¡Alarma social!!! Se ha montado un chiringuito para realizar PCRs masivos a las personas que estuvieron en la discoteca durante ese fin de semana. Centenares de personas.

Casualmente, mi hija menor, a la que no le gusta precisamente esa discoteca (y no suele ir), sí que estuvo allí con amigas. ¿Qué ha ocurrido? Que ha recibido una gran presión desde algunas de sus amigas (que también estuvieron), con un miedo atroz a verse… sintiéndose literalmente excluida. Presiones de sus familias…

Para salir de ese atolladero en el que se encontraba, decidió hacerse la PCR. Al menos, ya sabría “a ciencia cierta” (una expresión que aquí me suena con sorna) a qué atenerse… Claro que, tras el progresivo rastreo, en el caso de que mi hija fuera “positiva” al PCR, vendría una cuarentena… y la necesidad de pasar nosotros también de una manera obligada por la pruebita… con la consiguiente salpicadura de consecuencias.

A los dos días, ya le han comunicado telefónicamente a mi hija (y a sus amigas) que el test fue “negativo”. Por un lado, ha sentido alivio al no tener que seguir siendo una “apestosa” para sus amigas, pero ya le ha quedado un “tiroriro” respecto a la textura de la amistad, del valor que pueda tener ella para según qué personas en el momento en el que las circunstancias puedan cambiar.

Por otro lado, sigue teniendo que estar en alerta de cara a alguna otra ocasión en la que pueda darse algún otro “positivo” en sus cercanías. Al menos, en casa, no está viviendo esa presión, ni mucho menos. Conozco casos en los que el ambiente de las casas es auténticamente irrespirable por el miedo que se cierne sobre las familias.

Y ahora vamos a ver si corresponde ese estado de alarma social que están creando… si lo comparamos con la realidad clínica. Voy a mostrar el último gráfico que hay disponible de la situación a 21 de julio sobre nuevos casos (si nos atenemos a las PCR, repito) de hospitalizaciones, ingresos en UCIs y mortalidad.

TEXTO PARA PUBLICAR SILVANO

Son 288 nuevos casos ingresados en hospital en la última semana (una media diaria de 41 casos en todo el país) en una población aproximada de 47.000.000. Pero, si vemos el siguiente gráfico y nos atenemos al número de casos nuevos en general en todo el territorio español, podemos ver que hay (en la última semana contabilizada) 9.011 casos.

TEXTO PARA PUBLICAR SILVANO 2

Si hacemos una división por 7, para calcular someramente el nº de casos diarios en el país, sale la cantidad de 1.287 cada día. O sea, 1.287 pruebas PCR positivas, no enfermos, pues los casos asintomáticos rondan más o menos como al 50% del total. Y además, tenemos que ver la cantidad de casos leves que no necesitan ingreso (según esas cuentas, 8.723 casos de los 9.011 contabilizados en la última semana).

En estos cálculos siempre se van a escapar del conteo las personas que, siendo asintomáticas, puedan llevar consigo ese material genético y no se han hecho la PCR, y las personas que teniendo unos mocos, un ligero catarro, una leve indisposición digestiva, también portan ese material genético y lo pasan en sus casas sin mayor problema sanitario.

Si nos tenemos que atener a una cifra de casos para ver si estamos en una epidemia o no (umbral de epidemia), y eso sería alrededor de cincuenta y tantos casos diarios por 100.000 personas, vemos que España en estos momentos aporta una cifra diaria de casos PCR positivos confirmados, que no enfermos, de 2’74 casos /100.000 personas.

¿Estamos en epidemia? ¿Estamos en pandemia? Vosotros mismos. Yo lo tengo muy claro.

Salud para ti y los tuyos

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